odos buscan el final feliz, la cara sonriente, romper con el destino natural, evitar la tragedia; persiguen lo banal y desabrido, lo ligero y mujeril: se rehúsan a hacer literatura.
La biblioteca de Icamole se ha quedado sin lectores. Sin embargo, los libros que la habitan se apoderan de la cotidianidad del pueblo que muere de sed y dan la respuesta a una muerte misteriosa. La de una pequeña que aparece inerte dentro de la única reserva de agua que queda: el pozo de Remigio, hijo de Lucio, el bibliotecario. Un verdugo implacable de las malas historias, mismas que entrega sin remordimiento a las cucarachas.
Lucio será el encargado de encontrar en los libros la coartada perfecta. Esa que libera al presunto culpable de asesinar a la hermosa niña que, muerta, consigue cautivarlo. Así, la versión que surge de las páginas sobrevivientes se convierte en la única posibilidad. En la opción que permitirá a todos continuar.
David Toscana rebasa los límites existentes entre vida y literatura con su habilidad de enlazar narraciones que parecen eternas e infinitas.
El último lector - David Toscana