Elisabeth Benedict es una chica acomplejada que no ha dudado en instalarse en España para seguir cuidando de su madre mientras esta cumple condena en una cárcel española. No se mira en los espejos, está obsesionada con su estatura y no tiene amigos de verdad. Beth no deja entrar a nadie en su pequeña burbuja. Sin embargo, un tipo absolutamente arrollador ha entrado en su vida y no porque ella lo haya dejado; se ha colado él solito.
La empresa de Jack Noyce ha adquirido la Corporación británica en la que trabaja Elisabeth. El ejecutivo está sorprendido, es la primera vez que una mujer permanece indiferente a su lado y que además lo considera imbécil o algo por el estilo. Por si fuera poco, la encuentra endemoniadamente fea y canija. Lo único que salva de ella es su sonrisa.
Ella es fea, invisible y solitaria; él es guapo, seductor y multimillonario. Sin embargo, tienen algo en común: un pasado que los condiciona y al que deberán hacer frente. ¿Serán capaces de luchar por un amor que no tiene la apariencia que ninguno de los dos esperan?
Ni en sueños - PDF