Primavera de 2011. Unos okupas encuentran dos cadáveres enterrados juntos.
Los análisis revelan que se trata de los cuerpos de Cristina Silva y Daniel Saavedra,
una joven pareja desaparecida cuatro años atrás.
El caso tuvo siempre un sospechoso claro: Ferran Badía, ex novio de Cristina y amigo íntimo de Daniel.
A pesar de que los cuerpos nunca fueron hallados, la presión mediática, la ausencia de coartada de Daniel y,
sobre todo, su personalidad obsesiva y fría posibilitaron una condena.
Pero el hallazgo ha abierto otras líneas de investigación.
El caso cae en manos de Héctor Salgado y su equipo.
De fondo, una Barcelona indignada por la crisis política y económica se manifiesta en las calles,
denunciando a bancos y partidos políticos en un movimiento que parece haber dado una nueva voz a la opinión pública.
Los amantes de Hiroshima – Toni Hill