Un profesor de universidad obsesionado con una nueva droga.
Una agente de policía novata en un sistema corrupto.
Un misterioso millonario en silla de ruedas…
y una bomba atómica que se dirige al centro de Manhattan.
Es 10 de septiembre de 2010. Pero este es solo el final de la historia.
Auschwitz, febrero de 1944. Aquí comenzó el fin del mundo.
10 de septiembre de 2010. Mike Brenner da una clase en la universidad sobre ondas binaurales, un tema que le preocupa por las graves adicciones que generan y que nadie más parece estar detectando, cuando le suena el teléfono. Poco antes, una camioneta de reparto está a punto de caer al río Hudson. El conductor, nervioso, logra evitar el accidente, salvando así de una muerte segura a su familia, retenida por unos tipos para asegurarse de que cumple con su misión, transportar una bomba atómica al centro de Manhattan.
Febrero de 1944. Leon Yeser, un adolescente judío, nada más bajar con su familia de uno de los «trenes de la muerte» es separado de su madre y de su hermana pequeña. Al intentar ayudarlas es brutalmente golpeado por un joven soldado nazi. Cuando apoya su pistola sobre la sien de Leon para ejecutarle, este le mira fijamente. Poco después el nazi, tembloroso, llama a la puerta del block 10 para pedir ayuda a la única persona que puede entender lo que acaba de sucederle: el doctor Joseph Mengele.