La pequeña Katharina y su abuelo juegan al parchís una tranquila noche cuando alguien llama a la puerta. El abuelo sale y desaparece. A la mañana siguiente, los padres de la niña llaman a la policía y el detective Ludwing Kovacs se presenta en su hogar. Katharina está extraña desde la noche anterior. No habla, apenas se mueve y en su rostro asoma el terror. Su abuelo ha desaparecido sin dejar rastro.
Kovacs y su equipo rastrean la zona y hallan el cuerpo sin
vida del anciano, con la cabeza destrozada. El único testigo, su nieta, es incapaz de comunicarse. Horn, psiquiatra infantil del hospital de Furth am See, estudia su caso. Él y Kovacs, cada uno por su lado, tratarán de esclarecer los hechos.
En la apacible
vida de Furth am See se ha inmiscuido un asesino despiadado, ¿o ha estado siempre entre ellos?
Como si de un teatro macabro de marionetas se tratase, “La dulzura de la
vida” se presenta al lector como una novela perturbadora. Su carga psicológica, en la que abundan los caracteres más tétricos, es abrumadora. Las voces de sus personajes principales (el detective Kovacs, el psiquiatra Horn y un adolescente) se suceden capítulo tras capítulo para construir una historia compleja y extraña. No hay saltos en la trama, pues cada personaje se apoya en la historia del anterior. Pero resulta inquietante. Es un estilo que puede resultar confuso al principio, pero conseguirá atrapar al lector.
Los personajes, protagonistas o secundarios, que merodean por Furth am See (un pueblecito de montaña ubicado en Austria) guardan oscuros secretos. La mente perturbada es el hilo conductor. Esquizofrenia, paranoia, psicosis…dolencias que trastocan la visión de la realidad y hacen que personas aparentemente normales se comporten de manera errática y peligrosa.
Una ciudad pequeña en un marco idílico, un cruel asesinato y un grupo de personajes desquiciados. “La dulzura de la
vida” es un thriller psicológico armónico, bien orquestado y, en ocasiones, turbulento. Un rifirrafe entre tensión dramática y trabajo policial en el que destaca la escritura pulcra de Paulus Hochgatterer.
La dulzura de la
vida - Paulus Hochgatterer